Prometí quererte bien y no lo hice. Cuando cerraste la puerta se fueron tras de ti todos los momentos que aún no hemos compartido.
Se fueron los besos sin motivo, con los que conseguías que yo fuera alguien mejor.
Se fueron los abrazos, tus abrazos, esos que me consolaban siempre instantáneamente.
Se fueron tus miradas sugiriéndome que callara antes de que mi bocachancla volviera a cagarla.
Se fueron tus caricias, pero ante todo me duele la marcha de aquellas que no tenían que ver con mi piel.
Todo porque te quise mal y cuando cerraste la puerta, mis promesas también se fueron contigo.