Las 21.30 y aún hay luz en el exterior. Los pájaros parecen llamarme la atención para que no siga discurriendo los días tirado en el sofá.
Sin embargo esta vez voy a hacerles caso como si fuera Blancanieves, con menos ingenuidad y más desesperanza, eso sí.
Me coloco encima esa camiseta semidestrozada sin mangas que si mi madre la viese pasaría a mejor vida y un pantalón corto. Calcetines altos, deportivas blancas recién lavadas y los cascos enchufados.
“Tú” de Shakira comienza a acompañarme mientras bajo las escaleras y abro la puerta del portal. Sin pensar, de forma automática me dirijo al parque para sentarme en el césped cuando justo acaba la canción. No dejo que otra comience. Pero sí abro mi Notas del IPhone donde después de meses de sequía, las líneas me asaltan en mi cerebro y las teclas del teléfono las transiten por escrito. Vuelve la inspiración. Vuelvo yo.