AVENTURA

– ¿Qué esperabas? – Me reprochaban los filósofos de mis amigos, los que tienen grandes dotes adivinatorias para mi futuro sentimental pero no dan en el clavo en ninguna de sus aventuras. – ¿Creías que alguien con novio iba a dejarlo por ti? ¿Creías que eras diferente? ¿De verdad eres tan tonto?

Debe ser que sí, que soy tonto y que pensaba que era alguien especial. Debe ser que a pesar de que hubiera otros, creí ser ese que traspasaría la línea de la aventura, ese que le daría la fuerza para acabar con esa vida sombría que decía llevar.

Debe ser que creí sus palabras, pero sobre todo creí sus verdes miradas, su piel erizada cuando me rozaba, sus promesas con esa voz entrecortada con la que se disculpaba. 

– Tan avispado para unas cosas y tan corto para otras, chico. – Seguían ayudándome – No deberías creer en el primero que te dice algo bonito.

No sé qué debería creer, pero yo sí que opto por seguir confiando, aunque todo quede en una aventura.

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