NOTIFICACIONES

Tu cumpleaños y medio año sin tener contacto. Las notificaciones de mi agenda telefónica son las únicas que suenan por ti después de que me bloquearas en todas tus redes sociales. Aunque realmente no sé por qué no lo hiciste con el principal modo de contacto: mi número de teléfono.

Hace tiempo que aprendí a enterrar el orgullo bajo tierra y que no aparezca en mi, así que tecleo tu nombre en WhatsApp. Abro la conversación y te felicito: “Que pases un buen día”. Cierro el chat. 

Me olvido por completo de ello hasta que recibo una notificación: “Gracias. Tenlo por seguro.”

Nunca más hubo más conversación. 

Nunca más hubo nada de vuelta. 

Nunca más hubo nada más.

comparte este microrrelato

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *