Ordenando mi librería caen al suelo un par de libros. De uno de ellos asoma un papel doblado… en realidad, una servilleta donde se lee: “Me gustaría conocerte, pero fuera de aquí”. A la nota le sigue un número de teléfono y un nombre.
Increíblemente recuerdo el momento exacto de esta servilleta. Hace años, trabajé los findes en un pub de Chueca para así poder conseguir un dinerito extra. Fueron años muy divertidos, donde conocí posiblemente a muchas de las personas más importantes de mi vida. Esa servilleta, esa nota y ese teléfono eran de un chico asiduo al pub.
Nunca marqué el número y quince años después me encuentro preguntándome por qué. El nombre de este chico no es nada común e intento localizar en mi memoria fotográfica en qué lugar he visto escrito ese nombre. Busco mi móvil y como no puede ser de otra forma, ese chico está fotografiado junto a un amigo mío en su perfil de IG. No lo dudo y con una sonrisa le escribo y le comento mi hallazgo. Minutos después recibo una respuesta:
– Todavía me gustaría.
