Siempre me ha gustado mucho la gente arriesgada. Esos que sabiendo que todo tiene sus consecuencias (a veces buenas y otras no tanto), se la juegan.
Muchos aseguran que esa gente no tiene miedo. Yo creo que sí que lo tienen, pero se enfrentan a él, para combatirlo.
Siempre me ha gustado mucho la gente arriesgada porque es de verdad. Apuestan y se involucran.
Muchos opinan que a esa gente realmente les da igual todo y las consecuencias no les afectan. Y yo creo que, por su actitud de afrontar, demuestran que les importa, porque se posicionan y actúan. Posiblemente les afecta una respuesta negativa de igual modo que al resto, pero ya cuentan con ella como posibilidad.
Siempre me ha gustado la gente que no evita decir “te quiero” por miedo a ser rechazada. O los que anteponen la amistad al egoísmo propio. Los que se arriesgan siendo valientes, los que se exponen, los que luchan.
Muchos dirán que esa gente roza la locura. Yo también lo creo y por eso me gustan… porque quizás quiero ser así también.