He decidido emprender y no tengo tiempo apenas para nada.
Voy al pueblo de mi padre porque necesito desconectar, como puedes imaginar.
Ya lo siento pero estas semanas Hacienda, la Seguridad Social, el abogado, el asesor y el franquiciado me están quitando el sueño y todas mis energías.
Viene mi amigo de Granada unos días. Saldremos por el centro a tomar unos gintonics.
Imposible esta vez, estoy con las obras del local y ya sabes que al final uno tiene que estar encima de todos los gremios.
Estoy tan agotado que unos días en Berlín me vendrán de perlas.
Qué casualidad, el finde que viene tengo una boda.
Ya hemos empezado a entrevistar al personal y es un proceso que se alarga demasiado.
Viajo a Londres a reunirme con mis socios europeos y a la vuelta hacemos por vernos, sin duda.
La apertura del negocio está generándome un estrés infinito.
Mi familia viene a visitarme unos días y debo pasar tiempo con ellos.
Por cierto, estoy conociendo a alguien. No me parece bien quedar contigo en estos momentos. ¡Quién sabe en un futuro!