PECES EN EL MAR

Un mar con mucho oleaje. Así es tu día a día. Mañana ocupada trabajando. Tarde ocupada trabajando. Mediodía con el tiempo justo para pasear a Laika y comer.

Incluso hacer la compra es una tarea imposible excepto en horarios intempestivo. Se une a esta gloriosa actividad laboral que dos findes al mes, también te pones el uniforme. No hay una tranquila laguna entre tanta ajetreada catarata vital.

Meriendas con un chico después de haberle tirado la caña durante meses. Aunque tu vida de ministro te impide un acercamiento real insistes e insistes hasta que cae en tu red… y una vez pescado, le devuelves al mar porque estás muy ocupado.

El chico se enfada pero obviamente cualquiera podrá entender tu situación… cualquiera al que no le cuentes que fuiste a pescar sin respeto por la naturaleza.

comparte este microrrelato

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *